jueves, 25 de septiembre de 2008

Sonidos Nocturnos



Sonidos nocturnos, voces inquietantes, revolotea mi imaginación al mirar el vació de mi habitación, a través de aquel gran ventanal la luz de la luna entraba iluminando lo que podría ser una recamara de mi creación, pura fantasía; música resuena en la recamara, reconozco la pieza, es un triste vals, la melancolía recorría mis venas, el ardor de mis penas las desgarraba, mientras dejaba un rastro de sangre sobre mis verduscas sabanas, me puse de pie observando fijamente como la puerta se desvanecía dejándome solo en un cubo luminoso; mi mundo comienza a girar, mis brazos se extienden como si tratase de abrazar algo, la sangre de mis manos salpicaba aquellas paredes brillantes mientras algunas gotas quedaban suspendidas en el ambiente etéreo, de pronto la música cesó y el lugar transmuto; concreto, frió y áspero, mi vestimenta cambiaba, transformando mis pijamas en hermosos ropajes de un duque modernista, la gabardina marrón abrochada únicamente al primer botón, la camisa blanca a rayas cobrizas, el pantalón de vestir de color tabaco oscuro y zapatos de la misma tonalidad. Mis pasos resonaban mientras aquel cubo luminoso se desplegaba, la realidad nuevamente cambiaba a alguna calle de mi ciudad, gris y fría; olores mezclados entre la lluvia y café, las luces radiantes de los anuncios y las televisiones con el noticiero perturbaban mi psiquis. Mis ojos color marrón se perdían en el horizonte urbanizado; fábricas, tiendas departamentales, electrónicas, autobuses y autos eran las ataduras que mantienen a los humanos apegados a la colectiva falacia que denominan “vida”.
El ajetreó de gente caminando con estrés opacaba mis pensamientos y provocaban un gran dolor de cabeza, mientras el sonido prehispánico de mi tierra se pierde a la lejanía; tradiciones y danzas las recuerdo con gran ahínco gracias al aprendizajes de mis antepasados; herbolaria y chamanismo parte primordial de la medicina que el tiempo ha dejado atrás. ¿Que mas he de hacer?, solo queda el triste y lejano recuerdo de una y olvidada civilización que racistamente despreciamos para adoptar costumbres occidentales; me miro y veo mi vestimenta, -¡repúgnate apariencia! , -musite, mientras comenzaba a despojarme de los harapos más extravagantes y finos que tenia encima.
Ya sin ningún ropaje miro con desprecio aquellas telas importadas, me enojo y pisoteo aquellas cosas sin algún valor cultural.
El lugar y las personas que estaban ahí presentes no me importaban, por que tenían su pequeña y cerrada mente ocupada con problemas materialistas y sin trascendencia; mi sangre enfurecida recorre las arterias y venas con gran fuerza, la siento quemar mis adentros, el orgulloso maya moderno que en mis adentros descansaba renace para tomar posesión de las tierras que le pertenecen, para recuperar lo perdido y regresar a ser uno con la naturaleza.
De pronto todo se desvanece, el ruido distorsionaba la realidad en la que me encontraba, me doy cuenta que todo era mas que un simple sueño lucido, miro mi alrededor y aun sigo siendo un inútil traidor con costumbres occidentales.

[…puede que sea tarde…]

[…corregir todos los errores del pasado…]

[…puedo pensar en prevenir los errores del futuro…]

Caminar entre muertos



Sentado sobre mi propia identidad, mirando rostros y cuerpos desvaneciéndose en conjunto al grisáceo horizonte, mi mente me juega trucos, recordando lo que el tiempo dejo atrás; camino y mis pasos parecen no emitir ningún sonido, solo se escuchan los ecos de un silencio retumbante. Mi mente divaga, mi alma levita como botellas en el mar dejándome apartado de un mundo lleno de inmensos témpanos de hielo. Las palabras se pierden, mis acciones se mueren, y mi sentimiento incandescente de orgullo se enfría para dejar atrás cenizas que poco a poco el viento llevara lejos de la hoguera de mí ser. Caminando y el viento hela mi larga cabellera, mis nervios se encrespan mientras mi rostro refleja una expresión de mera inconformidad, cruzo seis, tal vez diez témpanos de hielo a mi alrededor mientras la realidad desaparece con gran rapidez; mi originalidad comienza a abandonarme, dejando este cuerpo seco y sin chiste alguno; comienzo a evolucionar como parte de este estéril panorama, mis manos comienzan a cristalizarse al igual que mi rostro, mi sangre lentamente dejaba de fluir, apagando aquella adusta ganas de vivir, mi cuerpo comenzaba ya a parecer un trozo de hielo para mimetizarme y unirme al vasto y desértico lugar; mis piernas se seguían moviendo, lo único que me diferenciaba entre los otros, el signo de que aun sigo siendo humano, continuaba mi trecho y me tope con algo que ardía, un alma pura y llena de razón, mis piernas flaquearon, el hielo se derretía y nuevamente volvía a sentir, -¡Manos! Que bueno es volverlas a tener para volver a tocar y transmitir, -musite en mis adentros mientras tomaba y acercaba aquel alma a mi cuerpo; el calor era inmenso y me volvía a convertir en lo alguna vez fui, soy y seré. Mi corazón volvía a latir, mi sangre alimentaba mis capilares, y nuevamente una oleada de inspiración abatió mí ser con una alegría incomparable, se podía decir que me había enamorado… pero no era así… simplemente era un capricho y lo que supuestamente era amor resulto ser un objeto de descarga absoluta, un pañuelo de lagrimas, un hueco nuevo en el alma, como un mosquito drogado con pura sangre. Desperté de aquel sueño lucido y me di cuenta que estaba llorando y solo… perdido sin luz alguna que guiara mis pasos a una felicidad espiritual y terrenal… en cambio solo encontré un camino y un sentimiento, la sensación de caminar entre muertos…

[…Y como las estrellas que brillan en el cielo…]

[…Permaneceré fuerte…]

[…Aunque sea la primera vez que llore…]

Como Un Envase De Mermelada



Recordando lo que alguna vez fue, lo que se extinguió, lo que finalizo; mi mente buscaba salida alguna, mientras me encerraba en un frasco al vacío, extraña analogía encontraba mi alma, al observar un frasco de mermelada sobre la gran mesa rustica, mi mirar se encontraba perdido, aunque los recuerdo me abatían fuertemente como un huracán impactando en alguna costa, mis ojos no tardaron en llenarse de lagrimas mientras veía aun aquel frasco de mermelada, palabras cruzaron, versos chocaron, un pandemonium sentía en mi psiquis mientras las lagrimas surcaban mi rostro, de pronto todo se detuvo, mis sentimientos se paralizaron dejándome inmóvil en aquella mesa rustica de caoba, mi respiración se hacia tardada y mi mirar se desvaneció. Inmerso en la confusión de mis pensamientos, visualice lo que pudo haber sido un hermoso final, una felicidad material o espiritual que aun no la logro concretar; me veía junto a ti, sentados en aquel parque lejano, mientras la luna resaltaba nuestra piel blanca, el marrón de tus ojos se fusionaban junto con los míos, mientras sellábamos aquel momento con un beso minúsculo, tu delicado cuerpo se mezclaba con el agreste lugar que nos rodeaba mientras yo era el intruso de aquel mágico campo, puro e inmaculado. De pronto aquella ilusión tembló desmoronando en mil pedazos los sueños amordazados sin cumplir, dejando mi esencia flotar en el limbo, el tiempo transcurría y poco a poco la realidad comenzaba a enlazarse, como un rompecabezas de diez mil pequeñas piezas, cada una de ellas era muy importante; mis huesos se sentían frágiles, y aquella realidad era contundente y sólida, amarga y cruel, pero nada de felicidad, solo sombrío presente que destrozaría cualquier armadura o protección que pudiera tener, dejando vulnerable mi mente y mis sentimientos de cariño, amor y locura.

- Me he lamentado de no estar contigo, aunque se que eso es imposible por que nunca estuve contigo, fui un ente mas en tu vida, un individuo sin identidad propia, falacia de lo que realmente quiero y soy, pura imagen como un holograma; -De pronto comencé a entender… aquellas palabras que alguna vez pensé que dirías [“...Eres tan especial, te quiero a ti, tu lo sabes...¨] jamás llegaron, por que no soy nada ni nadie quien puede recibir tu cariño y afecto… y al fin descifre que no eres para mi…

Sentí como mil cristales se incrustaron en mis arterias, la sangre comenzó a poco cubría mi ser y mi energía, apaciguando mis pensamiento para olvidar todo sentimiento y afecto, - Olvidarte ha de ser la mejor opción… -Me dije en mis adentros, mientras mas pensaba la situación, mas lloraba, como la lluvia de oro que deja caer sus flores cuando recién florecen, y frasco al vacío en el que me encontraba, poco a poco comenzó a llenarse de algo, algo luminoso que comenzaba a suspenderse en mi alrededor como las estrellas que están enganchadas en el manto del cielo; la única diferencia era que aquellas luces revoloteaban y reproducían diversos colores, ahí recordé e imagine que era una luciérnaga que fue atrapada y aprisionada por alguien, alguien no me tenia en cuenta, pero me tenia por la luz que irradiaba, aquella energía que se desperdiciaba en la entropía del universo, entonces nuevamente cuestione la mi existencia y ninguna respuesta salio de aquel pensamiento.
Sentía frió, gélido entorno que congelaba mi esencia corpórea dejando atrás la inverosímil fantasía para estrellarse a un gran muro de la cruda realidad, de pronto un estruendoso ruido me regreso a mi mundo material, aquel chillido entre frases y sonidos que agudamente decían [“...Quien me llevara a un lugar nuevo...¨]. Mis ojo pesaban y mi entorno comenzaba a pintarse, mi mirada estaba borrosa, aun no podía enfocar los objetos; -Colores brillantes, formas amorfas, tal vez este debió ser la fantasía y no la realidad, -me decía el subconsciente, el estruendo seguía en mi mente y aun no comprendía mi alrededor, -tal vez quede loco… -me dije mientras el sonido seguía en mi cabeza; adusta melodía perforaba mi cerebro, entorpeciendo y alentando mis movimientos, cruel destino para un artista era ese momento. Las palabras no salían, pero mi visión se recupero, el atroz sonido cesó, mi cuerpo se sentía inútil, vacío como fruta picado por algún animal; triste y corrompido me enderece y mire nuevamente aquel frasco de mermelada, nada ocurría, todo mi derredor se desvanecía y se hacia gris; mi celular se situaba en la mesita de esquina junto al gran jarrón marrón con flores silvestres, [“...Todas esas cosas que odio...¨] resonó en mi cabeza, cuando mi celular comenzó a sonar con una melodía tranquila; me puse de pie y me sentía trepidante, camine hacia aquella mesita y tome el celular con las dos manos, la llamada era de aquella persona, por mi mente cruzaron muchas palabras, deseos, alegrías y fantasías; el resquemor que sentía era intenso, no sabia como actual, pero aun así conteste.

-¿Bueno? –dije con una voz sumisa y diferente
- Hola… te he llamado… por que iré a despedirme de ti, mi avión sale en pocas horas… y me gustaría tener un poco de soporte de un buen amigo… - dijo mientras hacia grandes pausas y con una voz temblorosa
-Ah… pues ven… no tienes que háblame para decirme eso… solamente haz lo que piezas y sien… ven simplemente… - dije con mucho escollo y aflicción
-OK… voy para haya… - y colgó el teléfono

Me sentía abatido y preocupado ya que no tenía la faceta que estaba acostumbrado a ver, no sabia donde esconder tanta tristeza, tanto dolor; me dirigí a la cocina y mire mi reflejo, las cosas tenían otra apariencia, la casa no era igual, platos y vasos sucios en el fregadero y otros rotos en el suelo, comida a medio comer en la meseta de la cocina, y sobre todo plantas muertas que solían decorar el lugar se encontraban desparramadas por todo la cocina, un caos era todo el lugar, la depresión era fuerte, pero la preocupación de la apariencia era de primera prioridad, -¿me vera como siempre?, - de pronto el timbre sonó, lo que consideraba vacío nuevamente se lleno, mi ansias subieron inexplicablemente, todo cambio, pero realmente todo era al revés, el frasco en el que me encontraba se hacia mas desolado y hueco; el timbre sonó una vez mas, me dirigí a la puerta, el tiempo se agotaba, el espacio se hacia denso, no sabia como actuar, tome la perilla de mi puerta y la abrí, se encontraba ahí, de pie en mi puerta, mi razón volvió, pero no pude decir nada, las palabras me faltaban pero las frases estaban en mi mente [“...Te quiero...¨] .

-Vengo a despedirme personalmente… creo que es el momento de decir adiós, te extrañare, aunque la distancia sea mucha, creo que aun podemos mantener nuestra amistad… ya es hora de marcharme mi vuelo sale en media hora, –dijo con nerviosismo y poca aflicción, se acerco y me abrazo, - no tienes que decir nada si no quieres, se que es difícil decirle adiós a un amigo… hasta luego… -Se dio la vuelta y siguió su camino.

Me encontraba confundido, -¿amistad?, ¿así era como me veía?, -por mas que quise decir algo no pude y deje que se desvaneciera en la lejanía, mi dolor aumento, el llanto no lo aguante, llore mares de agua dulce, mi expresión de desolación era lamentable, pero desperdicie mi oportunidad de expresar mis sentimientos, todo acabo, mi mundo eclosiono, todo murió, la entropía me devasto, quede como el único y solitario oasis del desierto de mi mente, sin la oportunidad de renacer…

[“...Dar mas que la vida...¨]

[“...De todas manera...¨]

[“...El Amor ha muerto...¨]

[“...Ahora solo hay marcas en mi alma...¨]

Invierno


La noche había llegado a la pradera, las grandes sombras que la luna proyectaba eran un universo lúgubre y gélido, mientras la escasa luz era como la poca esperanza que aun queda de los hombres. Las luciérnagas danzaban al compás de las cigarras, aquella sinfonía nocturna era inigualable, como los cánticos del ditirambo en el esplendor de Grecia. De pronto una joven de larga melena dorada, como los cabellos de Apolo, comenzaba a cantar lo que parecía el complemento de la sinfonía de las cigarras, la dulce y suave voz de la dama hacia bailar hasta el viento, que movía las hojas secas con una delicadeza idéntica a las olas del mar. Las estrellas comenzaron a brillar fuertemente mientras poco a poco aquella melodía se hacia mas intensa, la joven llevaba un vestido ligero de color azul zafiro, sus pulseras y collar parecían estar hechos con finos detalles y el brillo que solamente el hielo podía recrear. La bella dama que descalza se encontraba, había comenzado a girar mientras extendía los brazos, parecía que si estuviera danzando con alguien más, pero solamente a ella se podía observar, el tiempo seguía trascurriendo mientras el aire poco a poco comenzaba a tornarse frió y áspero, la joven continuaba aquel hermoso ritual mientras poco a poco comenzaba la neblina a aparecer, en cada lugar que su delicado cuerpo pasaba, el hielo comenzaba a aparecer, emergiendo este como por arte de magia, el rostro jovial de la damisela estaba lleno de una expresión tranquila y llena de paz, el baile se hizo un poco mas rápido, y el lugar comenzaba a brillar por los cristales de hielo que se habían incorporado en los árboles, con movimientos fuertes una extraña luz comenzó a emerger, una luz marrón hizo que los pequeños espejos de hielo reflectara todo haciendo un gran as de luz comenzara a materializarse, formando lo que aparentemente era otro cuerpo semejante al de la joven que se encontraba danzando, hasta que aquella forma antropomorfa se desplomo en el suelo, la joven del vestido azul se detuvo por completo.
La respiración entrecortada de la joven que se encontraba de bruces en el frió suelo, reflejaba en su rostro un intenso dolor que pereciese eterno y sin fin. El vestido ocre de la joven desfalleciente era simple como el de la otra dama, solo que sus pulseras y collares eran de madera de caoba, y su cabellera era negra y larga recogida por unas pinzas hechas del mismo material al de sus accesorios.

-Oh dulce sufrimiento es el que te he causado… no hay nada mas reconfortante que apoderarme una vez mas de lo que me ha pertenecido… -dijo la joven del vestido azul mientras lentamente se acercaba a la otra.
-Débil estoy, mi cuerpo desgastado se encuentra, pero mi alma arde como la de un guerrero que nunca se rinde y trata de obtener nuevamente lo que a este le pertenece –dijo mientras con mucha dificultad comenzaba a ponerse de pie
-No seas tonta… como muy bien sabrás tu poder se acaba donde el mío comienza, es el ciclo normal de las cosas, aunque tu seas una guerrera que se encuentra en su sitio, algún día haz de entregar tu trono y ese día ha llegado como siempre ha ocurrido –dijo mientras se detuvo frente a la joven de apariencia cansada
-¡Yo! ¡Entregar mi trono!.. Ni en tus sueños más profundos… esta batalla aun no ha comenzado y aun no tiene ganador, así que no te declares vencedora todavía
-Que triste realidad es la que vives, vives en un mundo de falacias en la cual no te has dado cuenta de cómo esto esta regido… miserable y llena de vergüenza es tu vida ahora, si aun no comprendes el “Orden Natural” -dijo con gran astucia mientras en su mente analizaba el terreno y la situación
-Miserable es tu vida... ya que si no has de luchar, ven y ataca si lo que deseas es este lugar… -dijo de forma muy agresiva
-ilusa… -dijo mientras la aprisiono de pies y manos en contra de un árbol –si realmente quisieras pelear, te hubieras percatado de la trampa que te tendí
-tal vez… pero creo que lo que importa es la estrategia… -dijo con una amplia sonrisa en el rostro –entonces que esperas para acabar conmigo… matadme si es lo que realmente deseas
-lo haré… simplemente se que realmente ansias que haga esto… así que realmente paz es lo que te daré… -dijo mientras acerco su rostro a los labios de la joven de vestido marrón

La joven de cabellera dorada, comenzó con el beso mas apasionado que el frió y el calor jamás se habían dado, aquel beso tan simbólico hizo que poco a poco el otoño se cristalizara y se convirtiera en un polvo brillante color ocre alejándose de aquel lugar, dejando todo atrás y sin retorno alguno.

-dentro de un año, lo mismo ocurrirá y estaré esperando poder estar cerca una vez mas de ti, -dijo mientras su cuerpo se desvanecía y comenzaba a formar parte de la gélida noche.

El sol se acercaba y con el la luz del día, poco a poco la nieve comenzaba a caer, borrando las huellas de la existencia de aquellas jóvenes, amantes y guerreras a su vez.


Fin.

"Un sueño"



Mientras me recostaba en aquel barco, acurrucando mi cabeza sobre una gruesa frazada miraba el cielo oscuro desde aquel pequeño barco de madera, la pintura del barco la ignoraba solamente se percibía el plateado eterno de la luna que se encontraba en su punto mas alto, aquella vela sin manta sobresalía y estorbaba un poco mi visión, pero mi objetivo era ver aquella hermosa luna, los minutos pasaban lentamente mientras aquella dama blanca me enamoraba con sus hermosa sonrisa. El sonido del oleaje que golpeteaba el barco me arrullaba al igual que su movimiento ondulante, me hacia dormitar soñando levemente que aquella única e inigualable sonrisa solamente me pertenecía a mi y a nadie mas.Una hora había pasado, desde que había comenzado a contemplar a mi dama plateada, mi única alegría e inspiración, y el sonido de la ciudad comenzaba a hacerse cada vez mas fuerte mientras la luz de la ciudad comenzaba ya a interferir con mi mas bello panorama, la decepción comenzó a correr por mi sangre, el enojo y la ira comenzaba a manchar mi alma.


-No he de actuar de esta manera frente a mi amada...


me dije varias veces en mi mente mientras calmaba lo que me irritaba y externe


-¡Idiotas aquellos que no saben admirarte y rendirte respeto amada mía!, ¡tontas son las personas que no saben alabarte y agradecerte la oscuridad que contigo traes! ¡Torpes humanos que no han de merecer tu reino pacifico y sereno!


Gritaba mientras me iba poniendo de pie en el barco junto con el movimiento del olaje que se estaba volviendo mas fuerte, el aire por consecuente se había hecho juguetón y tosco a la vez, pero seguía siento refrescante y deseable, tome las cuerdas que aferraban el barco al pequeño y sencillo muelle de madera, deshice el nudo y lancé la cuerda al mar. Veía como aquella se iba desvaneciendo en la profundidad del extenso mar; lancé una carcajada extraña que abordaba la obsesión y la locura a la vez


- Señora mía, hermosa dama de los cielos nocturnos... hoy será la noche, en que tu y yo nos fusionemos transformando lo bello, en lo mas hermoso, tu tristeza en alegría y tu sonrisa en risas...


dije mientras veía mi reflejo en el mar, mi imagen se distorsionaba, era amorfa y no era muy perceptible, era abstracta, me dije en mis interiores mientras tomaba los remos y que se encontraban dentro de la pequeña embarcación. Las horas comenzaron a pasar mientras al horizonte veía y la playa luminiscente a causa de sus comercios y sus anuncios luminosos


- es el momento de dejar todo atrás y acercarme a ti... a mi único lugar...


deje de remar y nuevamente me acosté acurrucando una vez mas mi cabella, la luz de la luna era intensa y mas hermosa, llena de esperanza y verdad. Así pasaron las horas, hablando como amantes la luna y yo hasta que poco a poco el cielo se fue clareando y mi joven dama se escapaba, le gritaba que regresara, pero no hacia caso, gritaba y solo desgarraba mi voz, y en ese instante comprendí... que ella nunca iba a corresponder mi amor eterno...Mis esperanzas desvanecidas... mis sueños rotos... nada me quedo... solo este fuerte deseo de morir en el amargo abrazo del océano...


Fin

Metamorfosis




Eran las tres de la mañana y el claro de luna se colaba por la ventana de cristal, la delgada cortina dejaba pasar aquella luz mientras el fresco aire de primavera las hacia danzar. Dentro de aquella habitación se encontraban varios objetos que añadían a está pobladas sombras, como las que la luna muestra en su gran resplandor, cercana a la cama se encontraba una mesa de noche con un vaso de agua sobre la misma, la cama contenía lo que parecía ser el cuerpo desnudo de una joven, aquella delicada silueta que producía la escasa luz de luna, parecía el mas hermoso paisaje desértico que el hombre había visto, tan perfecto y frágil, pero rígido y herido a su vez.
La expresión estática de la joven era como todas las muñecas de porcelana fría y olvidada, pero en aquel rostro jovial aun se podía ver una pequeña luz de viva esperanza; de pronto rodó una lágrima por aquel rostro juvenil y unas cuantas palabras se escaparon de aquellos finos labios.

-Jeux D’eau

Paso poco para que el rostro sin expresión comenzara a tornarse lleno de dolor y agonía. El sueño que alguna vez fue tranquilo y sereno se convirtió en el más amargo sufrimiento

-¡Aléjate de mi!, -gritaba y producía rudos movimientos.

Aquella mente tan perturbada era el signo del dolor y de las heridas producidas en el alma mucho tiempo atrás, los bruscos movimientos eran las ganas de romper el silencio, de romper aquella frágil figura para mostrar su locura mental y no su locura social. Aquella joven parecía ser una crisálida envuelta tras esas blancas sabanas que cubrían la cama y su cuerpo; parecía tan tranquila, inocente y tierna, pero por fin llego el momento de emerger, y romper aquel inverosímil capullo de denominaba realidad para poder arribar a la mas dulce locura humana.




FIN.